No solo de cerrar rondas de inversión o del FFF (friends, family and fool) viven los emprendedores. En ocasiones las startups tecnológicas recurren a otras vías para financiarse que no son sus personas allegadas o los representantes del capital riesgo.
Las subvenciones pueden ser una alternativa interesante para ciertos proyectos, aunque tienen sus particularidades y solo suelen representar un porcentaje del dinero que necesita una empresa para avanzar o acometer ciertas actividades. En este sentido, normalmente, suponen una fórmula de financiación complementaria porque es raro que se dé el 100% del dinero que se requiere.Si hay algo característico de una subvención es que proceden de los organismos públicos. Pueden ser de todo tipo, yendo de más a menos. Las conceden la Unión Europea, el Estado, una Comunidad Autónoma, un ayuntamiento o instituciones con una orientación o misión específica. Son, básicamente, ayudas.
Subvenciones financieras y de otro tipo
Generalmente cuando se habla de una subvención se habla de una aportación económica o financiera, sin embargo, puede ser de otra clase. Es posible recibirlas en especie, como obtener formación o la cesión de un terreno o inmueble por un precio muy bajo o de manera gratuita para que arranques tu negocio.Igualmente, también pueden incluirse como subvenciones las exenciones en impuestos y hasta las facilidades para capitalizar tu prestación de desempleo al emprender. Sin embargo, la acepción más generalizada es la de las subvenciones que aportan capital.Conseguir una subvención no siempre es sencillo. Las empresas o proyectos deben encajar en los requisitos o condiciones que se establezcan. La ayuda, además, se suele otorgar por desempeñar algún tipo de actividad social, de investigación, de innovación, etc. Es decir, hay criterios de elegibilidad.Además, en muchos casos se piden documentos, informes, planes de negocio, facturas, etc para justificar que ese dinero irá a parar a donde se quiere destinar y no a otro sitio.
Una subvención no es lo mismo que un préstamo
En muchos entornos se confunden ambos términos, sin embargo, una subvención cuenta con una diferencia muy clara respecto a un préstamo: los que la reciben no tienen que devolver dicha aportación económica, son a ‘fondo perdido’ o prácticamente donaciones. Esto solo sucedería de manera extraordinaria en el caso de que se detectara un fraude o que el dinero no se destine a lo pactado.Un préstamo o crédito sí que deberá reintegrarse y para ello se fija un tipo de interés y unos plazos determinados de devolución. Es común que haya que pagar una cuota cada mes. En este sentido los préstamos pueden ser proporcionados por entidades públicas, pero también por entidades privadas, como los bancos o cajas. Para garantizar su devolución los prestamistas pueden llegar a pedirse garantías, como un aval.Los préstamos cuentan con tasas de interés diferenciales y según éstas, se denominan préstamos blandos o duros. los préstamos personales y comerciales cuentan con tasas de interés más altas, mientras que los préstamos para la vivienda y los préstamos educativos son préstamos blandos con tasas de interés bajas.
Algunas de las subvenciones para startups más conocidas en España
· Neotec de CDTI: Subvención de hasta 250.000 euros para startups con un mínimo de 6 meses y un máximo de 3 años de antigüedad. Las startups que lo soliciten deben ser de base tecnológica y altamente innovadoras.· Startup Capital de ACCIÓ: Subvención de hasta 75.000 euros para startups con un máximo de 18 meses de antigüedad y que tengan la sede social en el territorio de la Comunidad de Cataluña.