Refiriéndose al éxito de las empresas japonesas, Kenichi Omahe dice en su libro “The Mind of the Strategist” que, lo común a estas empresas es que tienen un estratega de gran talento natural que es, por lo general, el fundador o director general. Quizás nunca siguieron un curso o leyeron un libro sobre estrategia… pero tienen un conocimiento intuitivo de lo que son los elementos básicos de la estrategia. Continúa más adelante diciendo que lo que confiere un extraordinario impacto competitivo a estas estrategias es el elemento creativo de esos planes, así como la determinación y voluntad de la mente que los concibió. Termina el razonamiento diciendo que las grandes estrategias, al igual que las grandes obras de arte o los grandes descubrimientos científicos, exigen gran maestría técnica en su elaboración, pero originan ideas fuera del ámbito del análisis consciente.Dean Keith Simonton analiza este último fenómeno en su libro "Origins of Genius" destacando que los individuos creativos siguen un proceso que comienza con el análisis de un problema para el cual intentan buscar una solución. Cuando se dan cuenta que dicha solución no llega, eventualmente se rinden momentáneamente y desvían su atención a otras actividades más provechosas. Los creativos se adentran entonces en un período de incubación en que la mente trabaja en forma inconsciente elaborando combinaciones de ideas. Las combinaciones inservibles nunca alcanzarán el nivel de la consciencia. Solo algunas combinaciones son armónicas y, por consiguiente, útiles y bellas al mismo tiempo. Entonces, sin alerta previa, una iluminación repentina se adueña de la mente del creativo.Significativamente, para que la mente entre en este estado, es necesario desarrollar un cierto trabajo previo de preparación consciente. Esta preparación comienza con la identificación del problema a resolver. Si partimos del problema equivocado todo el trabajo posterior no hará sino llevarnos a la solución equivocada. Por lo tanto, es clave comenzar el proceso de forma correcta. ¿Cuál es la forma correcta? En nuestra opinión, la forma correcta de identificar un problema reside estrictamente en la observación. Por ello, no creemos mucho en los focus groups. La mayoría de las personas estamos tan pendientes de satisfacer las expectativas de quien nos pregunta algo que le decimos lo que pensamos que quiere oír, y no necesariamente la verdad. El segundo problema con las personas es la dificultad que tenemos para articular nuestras necesidades. Aunque seamos conscientes de los problemas difícilmente somos capaces de recomendar las soluciones. Sobretodo en el caso de productos novedosos y complejos. Por último, las personas nos comunicamos a través del lenguaje, con todas las limitaciones que ello conlleva. Las palabras identifican vivencias en nuestra memoria. Por ello, una palabra para una persona puede significar algo muy diferente para otra.Por lo tanto, estar cerca de la acción es clave para identificar correctamente un problema. Aún en la era de Internet la geografía es importante. No en vano la mayoría de las innovaciones tecnológicas se han originado en Silicon Valley y las financieras en Nueva York.