Establecer canales de comunicación abiertos para todos los miembros de la organización y analizar de manera periódica los resultados obtenidos son clave para lograr un crecimiento sostenible y mantener la cultura corporativa planteada.
Definir como cultura corporativa aquel sistema de valores y de creencias sobre el que se construyen las relaciones entre los diferentes miembros de una organización, y aunque veraz, refleja una idea parcial de la implicación que tiene actualmente la cultura corporativa en las mismas.
La cultura corporativa es inherente a todas las organizaciones: es el resultado de las acciones que sus miembros realizan cuando nadie los ve y, consecuentemente, es también aquello que aprenden las nuevas incorporaciones sin que nadie se lo haya enseñado, aquello que se crea desde dentro de la organización y se proyecta hacía fuera.
La construcción de una cultura corporativa sólida y coherente no es fácil ni inmediata. Se trata de un proceso dinámico en el que participan todos los miembros de la organización desde el primer momento en que forman parte de ella y, por ende, se relacionan con el resto de integrantes.Es importante ser conscientes de que la cultura corporativa es un intangible, que no esté planteada y creada de una manera consciente no implica que no exista. Por lo tanto, cuando no es la dirección de la propia empresa quien establece de manera clara las prioridades y las líneas de actuación, la cultura corporativa se desarrollará de manera orgánica como resultado de la interrelación entre sus diferentes miembros.
En el artículo de hoy desarrollamos los diferentes puntos que, en base a nuestra experiencia emprendiendo e invirtiendo, las empresas deben tener en cuenta para mantener una cultura corporativa sólida a medida que ganan tracción en el mercado y, consecuentemente, aumentan el número de empleados que conforman su plantilla.
Importancia de la comunicación
Como en muchos otros ámbitos donde se dan relaciones humanas, la comunicación juega un papel fundamental dentro de cualquier empresa u organización.
Un líder que predique con el ejemplo, coloqué el propósito de la compañía al frente y sea capaz de comunicarlo no sólo con palabras, también a través de la manera en que se comporta en el día a día con el resto de niveles de la compañía, es indispensable para que el resto de empleados conecte con el por qué y el para qué. La cultura corporativa actúa como anclaje emocional, alineando a los miembros de la organización hacía un propósito común. Por ello, grandes marcas como Apple o Microsoft basan su éxito en una cultura corporativa sólida y bien comunicada.
Por otro lado, ser conocedores de las necesidades de los empleados ayudará a diseñar las estrategias necesarias para evitar que estos se desvíen de lo planteado y puedan seguir sintiéndose vinculados al objetivo último de generación de valor de la compañía, por el cual se sintieron en un primer momento atraídos al puesto de trabajo y a la propia corporación. Dicho proceso, que suele darse de manera espontánea cuando la empresa cuenta con un número de empleados relativamente reducido, se vuelve cada vez más complejo a medida que la entidad crece y el número de empleados aumenta, por lo que es importante establecer procesos y medidas dirigidas a asegurar que los empleados se sienten escuchados, conectados y valorados.
Para lograr mantener la cultura corporativa planteada se debe contar con vías de comunicación abiertas para todos y cada uno de los empleados de la empresa, independientemente del tamaño de esta.
Importancia de la transversalidad
Es importante que cada una de las estrategias que afecten a la creación y mantenimiento de la cultura corporativa se apliquen de manera transversal a toda la organización. Conseguir alinear a toda la organización hacia una misma visión facilitará el trabajo en equipo hacia objetivos comunes.
En la misma línea, un líder con una visión clara y capacidad de transmitirla, evitará que la cultura corporativa se cree de manera orgánica desde los niveles inferiores de la entidad, afectando y modificando lo planteado de manera estratégica por los niveles superiores.
Generar un ambiente propicio que fomente la creación del tipo de cultura que se pretende ayudará a que los miembros de todos los niveles de la organización se alineen con el objetivo final. No basta con decir que se quiere implementar una cultura corporativa innovadora, se deben tomar medidas para que los diferentes miembros que pertenecen a la organización se vean abocados a ello.Siguiendo con el ejemplo, establecer reuniones mensuales donde quien quiera pueda exponer sus ideas para que, posteriormente, aquellas que sean viables y coherentes con la estrategia empresarial sean implementadas de manera real; reforzará la percepción de trabajar en una empresa abierta y predispuesta a la innovación.A medida que crece la entidad, el departamento de recursos humanos debe ser capaz de adaptar los procesos establecidos al nuevo tamaño de la organización. Lo mismo pasa con las tradiciones, la entidad debe buscar la manera de adaptarlas a medida que aumenta su tamaño, pues representan el corazón de la misma y dan sensación de unidad.
Establecer mandos intermedios
No solo cuando crece la entidad, el establecimiento del teletrabajo y los equipos híbridos como parte evidente de la nueva normalidad requieren del establecimiento de mandos intermedios capaces de organizar y entender las necesidades de los miembros de todos y cada uno de los diferentes niveles que forman parte de la organización.
Cuando no se tienen dinámicas bien definidas, la distancia (ya sea física o sentida) dificulta la comunicación. Por eso, es importante conocer cuántos mandos intermedios se requieren para que la entidad y su propósito no queden despersonalizados. Según un estudio realizado por Cisco, el 74% de los empleados españoles consideran que cuanto más dispersos estén los equipos, más se necesita que los líderes refuercen la comunicación.
La incorporación de nuevas figuras como el Chief Happiness Officer o el Head of Remote, cuyo objetivo es, entre otros, atraer y retener talento y facilitar, aún en la distancia, la creación de relaciones sólidas entre los miembros del equipo, respectivamente, favorecerá el mantenimiento de una cultura corporativa compartida por todos los miembros de la organización.
Importancia de las contrataciones
La complejidad que supone la gestión de los equipos cuando estos escalan es exponencial. En consecuencia, ser coherente durante los procesos de contratación de nuevo talento es indispensable para evitar que a medida que crece la entidad la cultura corporativa proyectada se desvíe de la planteada estratégicamente.
Hablar de los valores a lo largo de todo el proceso es igual de fundamental que ser claro con lo que se espera del nuevo empleado o de cuáles serán las tareas a realizar. Dejar claras las expectativas desde el primer momento evitará conflictos posteriores. Además, poner el propósito de la entidad en el centro del proceso de contratación ayudará a que sean los propios candidatos quienes se autoeliminen si sienten que no encajan con el mismo, lo que, a su vez, aumentará las probabilidades de dar con el candidato adecuado en un período de tiempo reducido, optimizando el proceso.Para ello, el departamento de recursos humanos debe diseñar procesos de selección que faciliten la demostración tanto de los valores como de los conocimientos y las habilidades técnicas que se buscan en los futuros empleados. Dicho proceso no implica que las empresas deban establecer un perfil cerrado en cuanto a sus trabajadores se refiere, hay que ser conscientes de la importancia de la diversidad en las organizaciones, aunque siempre con un foco común compartido.
Evaluar competencias medibles evitará que el responsable final de las contrataciones priorice siempre el mismo perfil de persona.
Por subsiguiente, diseñar los procesos de onboarding teniendo en cuenta la cultura corporativa que se quiere ejecutar y transmitir, facilitará que las nuevas incorporaciones a la empresa conozcan desde el primer momento los valores de la entidad. Crear una identidad fácilmente identificable y establecer procesos formativos de mentoring y de liderazgo durante las primeras semanas facilitarán la transmisión de la cultura corporativa. Todo empleado debería ser capaz de transmitir la misión de su empresa y los objetivos por los cuales trabaja.
Análisis periódicos de los resultados
Establecer indicadores de éxito, tanto cualitativos como cuantitativos, ayudará a determinar qué acciones es necesario llevar a cabo para asegurar la construcción y el mantenimiento de una cultura corporativa sólida durante las diferentes etapas de crecimiento que puede atravesar una entidad.
Así, diseñar e implementar manuales de procedimiento (adecuados para el entorno en el que actúa la empresa y el momento que atraviesa) evitará malas interpretaciones, que suelen ir en aumento a medida que crece el número de personas de las cuales depende una decisión empresarial. Dichos manuales, ayudan a alinear a toda la corporación hacia un mismo objetivo y a la vez, evidencian aquello que no está alineado con las expectativas, por lo que es más fácil de eliminar, rectificar o cambiar; evitando poner en peligro al colectivo.
De la misma manera, establecer unos indicadores de éxito visibilizará las diferencias entre la cultura planificada y la realmente ejecutada por los miembros de la compañía, y permitirá establecer las acciones necesarias para alinear las dos realidades.
En momentos de crecimiento, ser capaces de alinear la cultura corporativa planteada con la ejecutada supone que los trabajos individuales refuerzan el trabajo en equipo para lograr objetivos comunes, sin necesidad de estar planteando constantemente cuál es la dirección correcta hacia la cual dirigirse.
Desde Hecho&Co, son conscientes de la importancia de la creación de una cultura empresarial y un ambiente agradable, capaz de atraer al mejor talento y de mantener a los miembros del equipo motivados hacia un objetivo en común. Para ello, organizan Power-ups de talento, cultura e innovación a través de los cuales llevar a tu startup al siguiente nivel.