El equilibrio patrimonial en startups: La clave para un Crecimiento Sostenible

El patrimonio de un negocio se divide en dos grandes bloques interconectados: el activo y el pasivo. ¿Tienes clara la diferencia entre ambos?

El activo es la suma de los bienes que una empresa posee destinados a incrementar su riqueza, mientras que el pasivo explicita a quién corresponde la propiedad del activo.

Al hablar del activo, cuando decimos bienes no se debe entender tan solo el capital en efectivo o en cuentas bancarias, sino que la posesión de herramientas de producción también formará parte del activo de la empresa al tener éstas un valor y, del mismo modo, también serán observados como activo (como inversión), los gastos necesarios para el correcto desarrollo del negocio como estudios de mercado o costes de constitución de una sociedad.Pero el activo no se limita a dinero o propiedades físicas, sino que los derechos que una empresa posee sobre terceros en forma de deudas a cobrar también son observados como parte del activo de una empresa.Sobre el pasivo, su función es explicitar a quién corresponde la titularidad de cada elemento del activo. Así, no solo el capital propio de la empresa conformará el pasivo, sino que las deudas que la sociedad tenga con terceros también formarán parte del pasivo, ya que no significan otra cosa sino que otras personas son titulares de parte de las propiedades del negocio.

Principios del Equilibrio Financiero

El equilibrio patrimonial, también conocido como equilibrio financiero o equilibrio contable, se refiere a la situación en la que una empresa tiene una estructura financiera sólida y estable. Implica la igualdad entre los recursos y las deudas de una empresa en un momento dado. En otras palabras, el equilibrio patrimonial se logra cuando los activos de una empresa (como efectivo, inventario, propiedades, etc.) son iguales a sus pasivos (como préstamos, cuentas por pagar, deudas a largo plazo, etc.).El equilibrio patrimonial es fundamental para la salud financiera de una empresa por varias razones:

  • Estabilidad financiera: Un equilibrio patrimonial adecuado indica que la empresa tiene suficientes activos para cubrir sus obligaciones financieras, lo que proporciona estabilidad económica.
  • Solidez crediticia: Las empresas con un equilibrio patrimonial sólido son más atractivas para los prestamistas y tienen más facilidad para obtener crédito en caso de necesidad.
  • Crecimiento sostenible: Mantener un equilibrio patrimonial adecuado es esencial para el crecimiento a largo plazo. Permite a la empresa invertir en nuevas oportunidades sin comprometer su estabilidad financiera.
  • Toma de decisiones: Proporciona a los gerentes información sobre la salud financiera de la empresa, lo que les ayuda a tomar decisiones informadas sobre inversiones, expansión y otras operaciones.
  • Confianza de los inversores: Los inversores y accionistas confían más en las empresas que demuestran un equilibrio patrimonial sólido, lo que puede aumentar el valor de las acciones y mejorar la reputación de la empresa en el mercado financiero.

En resumen, el equilibrio patrimonial es esencial para asegurar que una empresa tenga una base financiera sólida que le permita crecer de manera sostenible y enfrentar desafíos económicos.

Activo: El activo se divide en dos grandes categorías; el activo circulante y el activo fijo. El criterio que sitúa un bien en un campo u otro es el de liquidez. Dado que el propósito de todo negocio y, por correspondencia, de todos sus bienes, no es otro sino producir dinero, se dice que el principio ideal del activo es su flujo hacia su forma más líquida: el efectivo. De este modo las materias primas se convierten en productos confeccionados y estos en ventas y, consiguientemente, en saldos de clientes. Pero por el momento, todos los ejemplos de activo mencionados forman parte del activo circulante. En el activo fijo se englobarían bienes como edificios o maquinaria, que se convierten en activo circulante a través de su amortización, creando un Fondo de Amortización con el compendio de amortizaciones anuales destinado a reponer los activos inmovilizados una vez queden obsoletos o desgastados por el uso.

Pasivo: Si el activo tiene tendencia hacia la liquidez de los bienes, el pasivo se guía por un principio parecido, con la diferencia de que en su caso, el pasivo transita paulatinamente hacia su exigibilidad. El activo con mayor exigibilidad son las deudas a corto plazo contraídas con terceros, disminuyendo en exigibilidad a medida que aumenta el plazo en el que deben ser retornadas. Una hipoteca constituiría el tipo de deuda pasiva menos exigible. Y los fondos propios que los socios han invertido en la empresa, al permanecer inmóviles salvo situaciones excepcionales, son el tipo de pasivo menos exigible. En el pasivo, no obstante, no tan solo observaremos el nivel de exigibilidad del mismo durante el análisis patrimonial. También observaremos el motivo por el que un pasivo es exigible, distinguiendo entre causas jurídicas –necesidad de devolver una deuda contraída en el plazo determinado– y causas estratégicas –como reponer activos–.

Solidez de la Estructura patrimonial

La solidez del patrimonio de una empresa viene determinada sobre todo por el equilibrio entre los flujos de exigibilidad del pasivo y los flujos de liquidez del activo. Si existe un desfase entre ellos y existe un mayor flujo de exigibilidad no compensado por nuestra liquidez, se dará una situación en la que empresa no podrá hacer frente a sus deudas inmediatas, mientras que si ocurre lo contrario y la empresa tiene mucho líquido en función de lo que debe pagar en conceptos de deudas de máxima exigibilidad, también será problemático, ya que será un indicador de que la empresa no invierte sus recursos de forma óptima, entorpeciendo su crecimiento. Dado que pueden surgir contratiempos en el proceso de la conversión de activo en líquido y del riesgo que se produzcan pérdidas en el negocio, es preciso que al menos una porción del activo esté financiada con fondos propios de la empresa. La situación óptima es aquella en la que el activo fijo está financiado mediante la combinación de fondos propios y parte de las deudas exigibles a largo plazo, estando destinada la otra parte de las deudas a largo plazo a financiar junto a las deudas exigibles a corto plazo el activo circulante. La siguiente tabla lo muestra:

Equilibrio Patrimonial

Análisis del pasivo

Endeudamiento: Es el factor más importante a revisar durante el análisis del pasivo, y es medible mediante la fórmula conocida como Ratio de Endeudamiento en la que:

Ratio Endeudamiento

El resultado de esta fórmula nos ofrecerá un indicador sobre el grado de garantía que la empresa puede ofrecer a sus acreedores. En este primer nivel de análisis de la deuda, no podemos concluir una situación financiera de la empresa óptima o negativa, tan sólo podremos concluir la capacidad que tiene de contraer nuevas deudas.

Calidad del Endeudamiento: Como hemos dicho, un mero análisis inicial de la deuda no es suficiente para efectuar conclusiones relevantes sobre el estado financiero de la empresa. Hay una serie de factores que influyen en la percepción de la deuda contraída:

  • Exigibilidad de la deuda: Debemos dividir el endeudamiento en un ratio que contemple el endeudamiento a largo plazo y en otro que contemple el endeudamiento a corto plazo.
  • Vencimiento de los créditos en las deudas a largo plazo: No es lo mismo un crédito a dos años que una emisión de obligaciones con vencimiento a diez años.- Naturaleza del acreedor: El acreedor hará variar la posibilidad de reclamación de la deuda. Un banco se interesará en cobrarla puntualmente, mientras que un proveedor podrá ser más flexible de cara a aceptar un aplazo al tener previsión de vender de nuevo a la empresa y así obtener más beneficio.
  • Renovación de la deuda: También es importante valorar qué deudas se renovarán constantemente (suministro de materiales) y cuales tendrán carácter expreso (préstamos bancarios).
  • Discriminar autofinanciación: Por último, al estudiar un Balance y observar las deudas, no debemos dejar que los recursos de autofinanciación –reservas, fondos de previsión y fondos de amortización– camuflen una mala situación financiera al aportar más activo, ya que son deudas jurídicamente no exigibles y generadas internamente por la propia compañía.  

Solvencia

La solvencia es la capacidad de responder en su Activo por el Pasivo exigible por terceros. Eso es, la capacidad de pagar sus deudas exigibles. Se subdivide en dos tipos de solvencia:

  • Solvencia de Garantía: Calculada mediante la resta del pasivo exigible al activo, indicando qué activo seguiría teniendo de liquidar todas sus deudas.
  • Solvencia Corriente: Mide la capacidad de una empresa de hacer frente al pago del pasivo exigible a corto plazo con su activo circulante.

Ratios: Para medir la solvencia de una empresa, existen unas fórmulas que nos permiten deducir una serie de medidores. Estos son los siguientes:

1. Ratio de Solvencia: Mide la solvencia corriente, y dará como resultado el fondo de maniobra, indicando si la empresa tiene capacidad de responder con su activo circulante a sus deudas a corto plazo. Un valor superior a 1 indicará que la empresa sí podrá responder a sus deudas inmediatas con su activo más líquido. Así, todos los valores superiores a la unidad darán un ratio de solvencia favorable, mientras que si es menor a 1, hablaremos de un fondo de maniobra negativo.

2. Ratio de Tesorería: Indica de un modo más ajustado la capacidad de la empresa de reaccionar ante situaciones que requieran un rápido pago de las deudas, y se calcula purgando los elementos menos líquidos del activo circulante. De nuevo, un ratio superior a 1 será favorable, mientras que si es inferior, no será óptimo, aunque podría seguir siendo suficiente tras contrastarlo con el ratio de solvencia.

3. Ratio de Liquidez: Este tercer ratio indica directamente la relación entre efectivo –el activo más líquido– y deudas exigibles a corto plazo. De ser positivo indicaría un estado óptimo de la tesorería de la empresa.

4. Rotación: Es el eje fundamental sobre el que gira la capacidad teórica de una empresa de ser solvente. Es decir, puntual en el pago de los plazos de sus deudas. Se calcula relacionando las masas de activo con las ventas anuales.

5. Plazos de cobro: Para poder ser competitivas, las empresas conceden plazos de cobro a sus clientes. En el escenario en que las ventas sean relativamente estables a lo largo del tiempo, el promedio de plazo que la empresa otorga a sus clientes se puede deducir del balance.

6. Del mismo modo que las empresas conceden plazos de cobro, los proveedores otorgan a éstas plazos de pago. El promedio de días de pago concedidos a una empresa puede medirse desde el balance con la siguiente fórmula (proveedores/comprasx365).

¿Y si la empresa no tiene equilibrio financiero?

Cuando una empresa no tiene equilibrio financiero, significa que sus activos no son suficientes para cubrir sus pasivos en un momento dado. Esto puede deberse a diversas razones y puede llevar a una serie de problemas financieros y operativos. Algunas situaciones que pueden indicar la falta de equilibrio financiero incluyen:

  • Deudas excesivas: Si una empresa tiene una gran cantidad de deudas en relación con sus activos, puede encontrarse en una situación de desequilibrio financiero. Las altas tasas de interés y los pagos de deudas pueden llevar a dificultades para cumplir con las obligaciones financieras.
  • Flujo de efectivo insuficiente: Incluso si una empresa tiene activos, si no puede convertir esos activos en efectivo de manera oportuna, puede enfrentar problemas de liquidez. Esto puede deberse a una gestión ineficiente del flujo de efectivo.
  • Pérdidas continuas: Si una empresa experimenta pérdidas recurrentes y no puede generar beneficios consistentes, su equilibrio financiero se ve comprometido. Las pérdidas sostenidas pueden agotar los recursos de la empresa y llevar a problemas de solvencia.
  • Activos devaluados: Si los activos de la empresa pierden valor significativamente, ya sea debido a la obsolescencia, la depreciación o factores externos como una recesión económica, la empresa puede tener dificultades para mantener su equilibrio financiero.
  • Gastos operativos excesivos: Un nivel insostenible de gastos operativos en relación con los ingresos puede llevar a pérdidas y desequilibrio financiero. Las empresas a menudo enfrentan problemas cuando no pueden controlar adecuadamente sus costes.
  • Falta de acceso a financiación: Si una empresa no puede asegurar financiación adicional cuando lo necesita, puede experimentar dificultades financieras. Esto puede deberse a una mala calificación crediticia o a la falta de confianza de los inversores y prestamistas.  

Cuando una empresa se encuentra en una situación de desequilibrio financiero, puede enfrentar consecuencias graves, como la quiebra, la incapacidad para pagar a proveedores y empleados, y la pérdida de confianza de los inversores. Por lo tanto, es fundamental para la gestión de una empresa mantener un equilibrio financiero adecuado y tomar medidas proactivas para abordar cualquier desequilibrio financiero que pueda surgir.