La marca empezó en marzo de 2018 con tres tiendas en Barcelona, con la venta especializada de productos de cosmética natural. Éstos se diferencian en el mercado ya que no contienen parábenos, sulfatos ni derivados del petróleo, utilizados en la cosmética tradicional.Además, de su presencia física han ido migrando su estrategia hacia ser una Brand Digital para crecer y escalar más rápido. La startup también comercializa más de 500 productos de marcas innovadoras de distintos países del mundo y productos de marca propia.Kriim utiliza las tiendas físicas para poder hacer tests dermatológicos como vía de adaptación y personalización con el cliente para poder conocer sus necesidades y requerimientos especiales. Después, de realizar un minucioso diagnóstico, seguidamente se dan a cabo varias pruebas. A partir de esto, se pueden recomendar los productos que mejor encajan con el cliente según sus objetivos y condiciones genéticas.En segundo lugar, cuentan con la plataforma web de e-commerce que muestra el contenido de las tiendas físicas. Gracias a un cuestionario proporcionado por el cliente, también pueden realizar recomendaciones de productos y su modo de empleo de manera online.El sector de la cosmética actualmente se encuentra en un momento de crecimiento, así que para conseguir la máxima fidelización de los clientes y seguir creciendo como compañía Kriim se focaliza en tres elementos clave:ç1.Potenciar la marca propia.2.Ofrecer un excelente servicio post venta con la entrega de una receta, explicando cómo se aplican los productos adquiridos.3.Mostrar una experiencia única en la tienda a través de la adaptación total de las tiendas y la plataforma web a dos aspectos fundamentales: la comodidad y la atención al cliente.Así pues, esta marca se ha posicionado dentro del mercado de la cosmética orgánica y natural, libre de productos químicos, y esto ha sido a causa de que cada vez son más los más consumidores se preocupan por la seguridad sanitaria tal y como indica un estudio de Trasparency Market Research.Hay una creciente sensibilización ecológica y sobre todo un aumento del conocimiento sobre los peligros que producen los químicos sintéticos, lo que provoca que haya mucha demanda de productos de higiene y belleza orgánicos.