En el mundo empresarial, la financiación juega un papel crucial para el crecimiento y desarrollo de las startups y empresas en etapas tempranas. Además de las rondas de financiación tradicionales de capital de riesgo (equity), existe una alternativa conocida como venture debt o deuda de riesgo.
En este artículo, exploraremos qué es el venture debt, nos enfocaremos en el concepto de "equity kicker" y analizaremos situaciones en las que esta opción puede resultar más conveniente que una ronda de equity.
¿Qué es el venture debt?
El venture debt es una forma de financiación que se basa en la concesión de préstamos a empresas en crecimiento, especialmente startups y compañías en etapas tempranas. A diferencia de los préstamos tradicionales, el venture debt se ofrece a empresas con un alto potencial de crecimiento y está respaldado por su capacidad futura de generar ingresos.
El "equity kicker":
Uno de los elementos distintivos del venture debt es el "equity kicker". Este término se refiere a una cláusula en el contrato de préstamo que permite al prestamista adquirir una pequeña cantidad de acciones (equity) de la empresa receptora como parte del acuerdo. El equity kicker brinda al prestamista la oportunidad de participar en los beneficios futuros de la empresa, en caso de que esta tenga un desempeño exitoso. Esencialmente, el equity kicker compensa al prestamista por el riesgo adicional que asume al otorgar el préstamo.
Ventajas del venture debt sobre una ronda de equity tradicional:
- Preservación de la propiedad accionaria: Al optar por el venture debt en lugar de una ronda de equity, los emprendedores pueden mantener un mayor porcentaje de propiedad de su empresa. Esto les permite conservar el control y la dirección estratégica del negocio.
- Menor dilución de capital: Al no emitir nuevas acciones durante una ronda de equity, se evita la dilución del capital existente. Esto es especialmente valioso cuando la empresa tiene una valoración alta y los fundadores desean mantener una mayor participación accionaria.
- Complemento a rondas de equity: En lugar de reemplazar por completo una ronda de equity, el venture debt puede complementarla. Esto permite a la empresa extender su capital y financiar diferentes aspectos de su crecimiento, como inversiones en I+D, expansión geográfica o adquisiciones estratégicas.
- Menor dilución de la valoración: En una ronda de equity, la valoración de la empresa puede aumentar significativamente, lo que puede ser costoso para los fundadores. Al optar por venture debt, la valoración de la empresa puede permanecer relativamente estable, ya que no se emiten nuevas acciones.
Ejemplo de cuándo conviene el venture debt sobre una ronda tradicional de equity:
Imaginemos una startup en crecimiento que ha alcanzado un hito importante al asegurar un contrato a largo plazo con un cliente clave. La empresa necesita capital adicional para cumplir con los requisitos del contrato, como expandir su capacidad de producción y contratar más personal. En este escenario, la startup podría considerar el venture debt como una opción viable. Al elegir venture debt, la empresa puede obtener los fondos necesarios sin diluir significativamente la propiedad de los fundadores. El préstamo permitiría a la startup cumplir con el contrato y aprovechar las ganancias futuras sin tener que ceder una parte importante de la empresa en una ronda de equity.Para visualizar concretamente por qué en este caso conviene recurrir al venture debt en lugar de a una ronda tradicional de equity, visualicemos el ejemplo anterior con números (que como siempre decimos, son el lenguaje de los negocios, porque es la manera de “aterrizar” conceptos que de otra manera quedan muy en abstracto y a la mente se le hace difícil comprender).
Empezaremos por describir el escenario. La compañía es un SaaS B2B que está creciendo, y tal como se describe anteriormente, acaba de firmar tres contratos muy importantes que le permitirán crecer fuertemente desde un ARR de 1,5M€ actual hasta un MRR de cerca de 5M€ de ARR en 3 años. Si cumple el plan, una compañía del sector está dispuesta a adquirirla por un valor en el entorno de 40M€. La compañía duda de si le conviene hacer una ronda de financiación o un venture debt. Tiene arriba de la mesa dos ofertas de dos VCs diferentes.
Oferta 1: VC especializado en Venture Debt
- Cantidad: 2M€- Tasa de interés: 8,94% anual
- Comisión de apertura: 1,5% (por cada tramo desembolsado)
- Duración: 36 meses- Período de gracia: 12 meses de principal
- Equity Kicker: 25% del monto del préstamo
- Valoración de referencia: 10M€ pre-money
- Garantías: Cuentas corrientes en garantía
- Due diligence: La empresa debe llevar a cabo un due diligence (criterios financieros, legales, fiscales, laborales, de innovación) con un coste de 8.000 €
Oferta 2: VC tradicional
- Cantidad: 2M€
- Valoración: 10M€ pre-money
- Due diligence: La empresa debe llevar a cabo un due diligence (criterios financieros, legales, fiscales, laborales, de innovación) con un coste de 8.000 €
La comparativa se muestra en el gráfico de más abajo.
Si el emprendedor decide aceptar la oferta del VC tradicional, como se muestra en el gráfico anterior, al momento de vender la compañía le quedarían 33,2 millones de euros. Esto se debe a que ha cedido el 17% de la compañía por los 2 millones de euros, lo que resulta en un retorno de 6,8 millones de euros para el VC (al vender su 17% a un valor de 40 millones de euros).En cambio, si el emprendedor hubiera optado por la propuesta del VC especializado en Venture Debt, este VC recibiría un total de 4,6 millones de euros (2 millones de euros por el equity y 2,6 millones de euros por la devolución del capital más los intereses) al momento de la venta. Esto significa que el emprendedor se llevaría a casa 35,4 millones de euros, un 6,6% más que en el caso del equity puro. Si la tasa de interés hubiera sido del 12% (posiblemente más en línea con las ofertas de VCs especializados en un entorno de tasas de interés más altas), entonces el VC recibiría 5 millones de euros, aún por debajo de lo que recibirían si hubieran invertido en equity puro.
En conclusión, la decisión de optar por el venture debt es beneficiosa para el emprendedor siempre que esté asociada con un contexto de rápido crecimiento y una clara expectativa de una posible transacción de liquidez en un plazo de 24 a 36 meses. Sin embargo, si esta transacción no está claramente definida, el venture debt puede convertirse en una carga pesada para la startup.