En el actual boom del emprendimiento, aún hay factores que no quedan claros a la hora de hablar del emprendimiento. Uno de los temas que aún está en discusión es la propia definición de “emprendedor”.
En un grupo tan amplio de personas, que actualmente se engloban bajo dicha etiqueta, es difícil consensuar características comunes a todos ellos. Es habitual que al emprendedor se le asocie con innovación e ideas revolucionarios, pero no siempre es así.
En un reciente artículo de The Economist bajo el título “¿Qué es un emprendedor?” se entra a discutir si para valorar el nivel de emprendimiento de una sociedad se debe contar con todas las personas que deciden emprender un negocio por su cuenta o si el verdadero nivel lo dan aquellos emprendedores que han conseguido crear una gran empresa y/o revolucionar una industria. Os animamos a leer el artículo y los comentarios del mismo para conocer los detalles del debate, pero en resumen el texto señala la diferencia de perfil que hay en el emprendimiento y que quizás haya que separar el tema de “innovación” del de “emprendimiento”, dado que no siempre tiene que ir unido.
El artículo da algunos datos interesantes sobre el alto número de emprendedores que en el fondo lo que quieren es crear su pequeña empresa en un campo que conocen bien o que ya está asentado, sin mayores aspiraciones que la de ser un referente en su ámbito o sociedad, pero sin querer convertirse en un gigante como Facebook o Amazon.
Así el texto señala que 3 de cada cuatro personas que crean una empresa en EEUU dicen querer mantenerla lo suficientemente pequeña como para que siga bajo su control o que si el parámetro para ser emprendedor es tener tu propio negocio, países como Egipto saldrían en los primeros puestos.
En el artículo se cita un reciente estudio de Magnus Henrekson and Tino Sanandaji en donde se aboga por tener al número de grandes emprendedores billonarios como el verdadero referente del nivel de emprendimiento de un país (ranking según el cual España estaría en el puesto 16, justo en la media de la UE), pero algunos comentarios defienden que no cabe duda que el tener un tejido de emprendedores que creen pymes y lo que llamamos economía real también es fundamental en el actual contexto económico.
Es un debate interesante que deja abiertas muchas preguntas: ¿hasta qué punto debe un emprendedor ser innovador para poder ser considerado como tal?, ¿Deben todos los emprendedores aspirar a que su proyecto sea algún día un gigante y referente de su industria o sector? Está claro que una idea innovadora puede ser una ventaja competitiva, pero ¿debe marcar el recibir más o menos financiación?, ¿la innovación no implica también mayor riesgo?