Invertir en investigación y desarrollo. ¿Cuándo, cuánto y cómo? Es uno de los caballos de batalla del mundo empresarial, tanto en pymes como en grandes corporaciones. Pero, ¿cuál de ellas invierte más en I+D?
En The Economist puede leerse un interesante debate sobre si las grandes empresas innovan más o menos que las pequeñas. Se sabe que crecer sin perder las ventajas competitivas es el paradigma del equilibrio, pero muchos emprendedores y expertos no se ponen de acuerdo a la hora de ponerle nota a las grandes corporaciones y a las pymes en la ansiada innovación.
En su blog Calculated Exhuberance, Arpit Gupta centra sus críticas en Microsoft:
No queremos que los que hicieron dinero en los 90 nos digan ahora dónde hay que invertirlo. Queremos que los accionistas de Microsoft inviertan sus millones en el Microsoft del futuro.
Karl Smith, profesor en la Universidad de Carolina del Norte, señala problemas en ambos tipos de organizaciones, recurriendo, también, al caso de Microsoft y la situación en Estados Unidos:
Microsoft está atrapada en su propia burocracia. Está más interesada en seguir existiedo que en aumentar sus beneficios. La clave del capitalismo es la creación destructiva, las grandes compañías mueren a medida que los innovadores entran en escena. Sin embargo, las empresas modernas guardan con recelo la mayor parte de sus ganancias para evitar su propia muerte. Esto es una pérdida económica. Malo para los inversores, y malo para Estados Unidos.
Michael Lind, escritor experto en economía, cree que a las grandes empresas no les compensa invertir en I+D en un mercado en el que los competidores se aprovechan de los avances de otros:
En un mercado competitivo, las empresas descapitalizadas no tienen dinero para invertir en I+D. Y las grandes empresas encuentran pocos incentivos en lograr unos avances tecnológicos que tendrán que compartir con sus competidores.
Apunta The Economist que la justificación de la protección de la propiedad intelectual parece ser el hecho de que las empresas necesitan un período de beneficios en monopolio para justificar la inversión en un nuevo producto o tecnología.
En otro artículo, The Economist habla de la situación de IBM.
La empresa parece estar sufriendo enfermedades similares a las de IBM en 1993, después de que Lou Gerstner fuese contratado para relanzarla. Entre ellos, la arrogancia que nace al sentirse dominadores de un área del mercado, o las luchas internas que dificultan la renovación. Por ejemplo, el departamento de cloud computing tiene que lidiar con uno que parece querer que la computación se quede en el escritorio durante el tiempo que sea posible para maximizar sus propios ingresos.
Por último, queremos destacar las palabras de Guy Kawasaki (ex Apple) en una reciente entrevista que le hizo Javier Megías, consultor y asesor de la Comisión Europea:
Apple es un ejemplo perfecto de compañía que se ha mantenido joven (...). Mi consejo es que las empresas deberían recordar por qué los clientes confían en ti. Por ejemplo, una factoría de hielo en los años 30 ofrecía el mismo servicio que una compañía de refrigeradores en los años 50: practicidad y limpieza. El negocio de las factorías de hielo no era realmente el congelado centralizado del agua. Su negocio era la practicidad y la limpieza, y el sector debería haberse subido al carro de los cambios que trajeron los refrigeradores. Pero casi ninguna empresa lo hizo, porque pensaban en sí mismas como factorías de congelado centralizado de agua. La otra cosa importante que has de recordar es que siempre hay, en algún lugar, dos tipos en un garaje planeando tu desaparición. O vas por delante de ellos, o lo lograrán.